La Colina de Tara, piedra sagrada de los Reyes de Irlanda

La Colina de Tara

Bienvenido a la mundialmente conocida Colina de Tara, también conocida como Lia Fáil, la Piedra Sagrada de los Reyes de Irlanda.

Este yacimiento megalítico no sólo es la zona natural más sagrada de Irlanda, sino que también forma parte esencial de la historia, la leyenda y el folklore irlandeses.

A sólo 40 kilómetros de Dublín, en Irlanda, se ubica la Colina de Tara o Teamhair na Rí en gaélico, un lugar sagrado que ha sido eje de la vida política de la isla desde el Neolítico.

Aunque no se puede decir que sea celta ya que es mucho anterior, el pueblo celta de Irlanda la hizo suya.

La Colina de Tara fue el lugar de coronación de los Reyes irlandeses pre-cristianos y es uno de los sitios sagrados de la isla.

En aquellos tiempos no existía una monarquía hereditaria. Los reyes y aspirantes debían ganar en batalla el derecho a ser elegidos como tales. Se dice que unos 142 reyes gobernaron Irlanda desde aquí.

A pesar que no haber sobrevivido ninguno de los edificios de entonces, existen los vestigios de las bases de los mismos en marcas grabadas en la superficie de la colina.

Todas las circunferencias y perfiles de antiguas edificaciones se encuentran además incluidas en un extenso círculo en la tierra que data de la Edad de Hierro.

Se dice que la piedra rugió una vez cuando el verdadero Rey de Irlanda puso sus pies sobre ella. Desde entonces, para que un Rey fuera considerado legítimo y apto para el Trono, la Piedra debía rugir para confirmarlo.

Acompáñame mientras nos adentramos en la rica historia y el significado de este lugar, explorando sus leyendas, sus características megalíticas y su ubicación. Descubre por qué la Colina de Tara ha sido venerada por los celtas durante miles de años y por qué sigue siendo un lugar sagrado de la isla hasta nuestros días.

Historia y significado

Durante miles de años, este lugar ha sido un símbolo de gran importancia. Desde la época precristiana, ha servido como lugar de coronación de los Reyes Irlanda, también conocidos como los Reyes de Irlanda.

La gente creía que esta colina era la morada de los dioses y diosas, lo que la convertía en la zona natural más sagrada del país. Esta colina actuó como centro político y religioso de la tierra, influyendo en la identidad y la cultura del pueblo.

Los celtas la han admirado durante generaciones, y aún se considera parte esencial del patrimonio de la nación.

La historia y la importancia de la Colina de Tara están estrechamente ligadas a la mitología y el folclore irlandeses.

Las leyendas dicen que fue la sede de los Altos Reyes de Irlanda, y que albergaba la Lia Fáil, o Piedra del Destino.

Se decía que esta piedra tenía poderes sobrenaturales y que, como ya te he dicho, rugiría cuando un rey legítimo la tocara.

Además, se creía que era la puerta de entrada al Otro Mundo, el reino de las deidades.

Es por estos cuentos tradicionales por lo que este lugar está tan profundamente arraigado en la cultura de Irlanda, inspirando a muchos escritores, artistas e historiadores.

Cuando la toqué por primera vez, desde luego no rugió, no me confirmó como Reina de Irlanda. Pero, a pesar de haber sido desplazada de su emplazamiento original, te transmite una energía realmente especial. En el punto telúrico donde se hallaba originalmente debía ser bastante más intenso.

Leyendas y folclore

Los mitos y el folclore rodean el antiguo lugar, convirtiéndolo en un destino cautivador tanto para estudiosos como para aficionados.

Algunas leyendas dicen que fue la morada de los dioses, mientras que otras afirman que fue el trono de los antiguos Altos Reyes de la tierra. Uno de los relatos más conocidos es el de la Lia Fáil, o Piedra del Destino, de la que se decía que tronaba cuando la tocaba el auténtico gobernante de la nación.

Se dice que esta piedra mítica fue traída a la tierra por la raza divina conocida como los Tuatha Dé Danann, y que luego se utilizó en la coronación de los reyes.

Otra renombrada leyenda asociada al lugar es la de San Patricio, de quien se dice que visitó el lugar en el siglo V d.C..

Se cuenta que San Patricio fue recibido por el rey pagano Laoghaire, que desconfiaba de las enseñanzas del santo.

Sin embargo, después de que San Patricio hiciera un milagro en la colina, Laoghaire se convenció del poder del santo y aceptó el cristianismo.

Esta leyenda es sólo uno de los numerosos relatos sobre la importancia espiritual y cultural que ha tenido este lugar sagrado durante siglos.

La Colina de Tara también está asociada a muchos otros mitos y relatos, entre ellos uno sobre la diosa Maeve, de quien se decía que había sido enterrada en la colina.

Otras historias hablan de las cualidades mágicas de la colina, que se consideraba un lugar de curación y transformación.

Estas leyendas y mitos han desempeñado un papel en la creación de la identidad cultural de la nación, y han hecho de la Colina de Tara uno de los lugares más venerados y significativos del país.

Características del yacimiento megalítico

El yacimiento megalítico de Tara, enclavado en una zona venerada por los celtas, es una atracción cautivadora.

Sus notables características, como tumbas, monumentos y otras reliquias arqueológicas, ofrecen un portal al pasado.

La ingeniería y el genio arquitectónico de quienes construyeron esta colina son extraordinarios, lo que la convierte en uno de los yacimientos prehistóricos más renombrados de Europa.

La colina de Tara destaca por su gran número de monumentos y tumbas. Alberga múltiples piedras en pie, túmulos funerarios y tumbas de paso neolíticas, que proporcionan una ventana a los valores y prácticas espirituales de sus antiguos habitantes.

Para experimentar las maravillas de Tara, los visitantes pueden hacer el viaje de 40 km al norte de Dublín y acceder al lugar por la carretera M3. Explorando la colina, descubrirán las piedras en pie, los túmulos funerarios y otras estructuras megalíticas.

Un recorrido por Tara promete un profundo viaje al pasado, así como una apreciación de la belleza del paisaje irlandés. Tanto para los aficionados a la historia como para los amantes de la naturaleza, la colina de Tara es un destino de visita obligada.

Localización

Enclavado en la verde región de Meath, a unos 40 km de Dublín, se encuentra uno de los lugares de mayor importancia histórica de la Isla Esmeralda: la colina de Tara. Esta zona es famosa por sus ondulantes colinas, su variada fauna y su pintoresco paisaje rural. Durante milenios, la gente ha vivido en esta región, dejando tras de sí una serie de antiguos monumentos y cementerios como testimonio de su herencia.

La Colina de Tara es un punto de referencia especialmente importante, y ha sido venerada por los celtas durante generaciones.

Llegar a la Colina de Tara es bastante fácil, ya que está situada a las afueras de Navan y se puede acceder a ella por la autopista M3. Hay un cómodo aparcamiento in situ. Si se viaja desde el aeropuerto de Dublín, que está a unos 30 km al sur, se puede coger un autobús o alquilar un coche para hacer el viaje. Sea cual sea el medio de transporte utilizado, una visita a la Colina de Tara es una parte esencial de cualquier exploración de la historia, la mitología y el folclore irlandeses.

Conclusión

En conclusión, la Colina de Tara no es un mero yacimiento megalítico, sino un testimonio de la rica historia y folclore de Irlanda.

Su importancia va más allá de ser el lugar de coronación de los reyes irlandeses precristianos, sino que también representa la espiritualidad y la reverencia de los celtas durante miles de años.

La Colina de Tara sigue siendo una de las zonas naturales más sagradas de Irlanda, cubierta de tumbas, monumentos y otros elementos arqueológicos.

Es un lugar verdaderamente extraordinario, que debería conocer cualquiera que visite Irlanda. La colina de Tara es un tesoro que representa el corazón de la historia y la cultura irlandesas.

La Colina de Tara fue el lugar de coronación de los Reyes irlandeses pre-cristianos y es uno de los sitios sagrados de la isla.

En el centro de este último, se encuentra la Lia Fail o Piedra del Destino (foto), un menhir neolítico que preside esta colina desde hace 4.000 años.

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