¿El Tarot viene de egipto?

No sabemos a ciencia cierta los orígenes del Tarot.

Mucha gente pretende hacer descender el Tarot del antiguo Egipto, de un supuesto libro grabado en láminas de oro, llamado el “Libro de Thoth”, atribuido al dios Thot, el mismo que, según la antigua tradición egipcia, instruyó a los Hombres en la escritura, entre otras cosas.

Sería maravilloso que así fuera, pero, lamentablemente, no tenemos ninguna prueba de ello.

A falta de otra documentación que aún quede por aparecer, el tarot considerado el más antiguo hasta la fecha es el llamado Tarot Mamluk (abreviatura del nombre de su propietario o diseñador Muluk Wa-Nuwwab, tampoco está muy claro).

Mientras unas fuentes dicen que provenía de Egipto otras le sitúan en la antigua Persia. El mazo que se conserva en el Museo Topkapi de Estambul es del siglo XV, pero el origen real del diseño de este mazo se estima entre los años 1.173 y 1.250. Sería el Tarot más antiguo encontrado hasta la fecha y hubiera llegado a Europa de la mano de mercaderes que recorrían la Ruta de la Seda.

Hay que esperar hasta 1.418 para que encontremos un mazo de cartas que podemos considerar como Tarot, aunque es bastante diferente en diseño y número de cartas.

Hay que recordar que, antes de la invención de la imprenta, todas las ilustraciones eran artesanales, es decir, pintadas a mano por un artista.

En este caso el mazo al que hago referencia fue pintado por el ilustrador italiano Michelino da Besozzo y fue descrito por Marziano da Tortona, secretario personal del Duque Filippo Maria Visconti.

Si tomamos por buena la leyenda, Marziano no hizo sino hacer una descripción del mazo en cuestión recreado para el Duque por el pintor mencionado a partir de un antiguo mazo que habría caído en manos del Duque, gran aficionado y coleccionista.

Hay otros dos mazos casi contemporáneos el Brera-Brambrilla y el Tarocchi Cary-Yale, también milaneses y de los que no se conservan más que unos pocos naipes y tres documentos en los que se mencionan, todos del Tribunal de Ferrara.

El Tarot Cary-Yale se llama en ocasiones Tarot Visconti-Modrone. El Cary-Yale se conserva en la Biblioteca de la Universidad de Yale en E.E.U.U. solo tiene 66 cartas y su pintor se desconoce. Mientras que el Visconti-Modrone sería un mazo similar realizado para dicha familia. Siendo conocida la casi obsesión de los Visconti por el arte en general y el Tarot en particular.

Pasando ya a mazos sobre los que sí tenemos certeza, el más antiguo sería el llamado Visconti-Sforza.

Este apareció entre 1.442 y 1.512 en Milán y fue mandado a realizar al pintor Bonifacio Bembo, por Francisco I Sforza, iniciador de la dinastía Sforza, para su boda con Bianca María Visconti, hija del Duque Filippo Visconti mencionado anteriormente.

La conservación de este mazo está dividida entre varias entidades. 35 de éstas cartas están en la Biblioteca y Museo Morgan, 26 en la Academia Carrara, 13 en la Casa Colleoni y dos se hallan perdidas o quizás nunca existieron: el Diablo y la Torre.

Después de eso, hay una época oscura para el Tarot, ya que la Iglesia Católica lo había condenado en sus dos vertientes: una, porque estaban prohibidos los juegos de cartas, entre otros y dos, porque, en su vertiente adivinatoria, le afectaba la condena de todo lo relacionado con magia y brujería.

Así las cosas, hay que esperar hasta el siglo XVII a la aparición del más conocido de todos los Tarots: el Tarot de Marsella. Este Tarot ha sido el inspirador de base de todos los mazos que han ido surgiendo más adelante.

Si bien el Marsella ha sido el más utilizado durante casi siglo y medio en 1910 aparece el Tarot Rider-Waite-Smith o Rider-Waite o simplemente Rider, como lo conoce todo el mundo.

Fue ideado por el ocultista estadounidense Arthur Edward Waite y realizado por su discípula Pamela Colman Smith. Aunque no tuvo demasiada difusión al principio, e, incluso podemos decir que cayó en el olvido, en 1971, la hija de Waite rescata los dibujos originales y vende los derechos a la casa U.S. Games.

Por la mayor descripción gráfica de las imágenes, sobre todo de los arcanos menores, se impuso rápidamente y en la actualidad es, probablemente, el más utilizado.

Mención especial, aunque muy poco conocido, merece el Tarot “El Libro de Thoth”, ideado entre el 1938 y el 1942 por el mago inglés Aleister Crowley y realizado por su discípula Frieda Harris.

Esta baraja fue publicada en 1944, en blanco y negro, junto con un libro homónimo que explica la simbología y uso ya que mezcla el Tarot, con la astrología y la Kabbalah y resulta bastante complejo de comprender para los no iniciados. En 1977 fue reeditada con sus colores originales, en Nueva York, por US Games Systems y Samuel Weiser.

Otra baraja popular por su fantasioso diseño es la ideada por Fergus Hall para la película Vive y deja morir (1973).

Otro Tarot a tener en cuenta, relativamente reciente es el Tarot Egipcio. Una de las versiones, realizada por la española Margarita Arnal Moscardó, tras una exhaustiva investigación ha merecido un puesto en el Museo de Naipes más prestigioso de Europa: el Museo Lunfelden-Echterdingen, en Stuttgart (Alemania).

Desde los principios del siglo XX hasta la actualidad han visto la luz cientos de barajas y oráculos diferentes. Algunos, verdaderas obras de arte de diseño, aunque se hayan alejado mucho del objetivo original.

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